martes, 30 de septiembre de 2008

PROMETHEA vols 2 al 4

Guión: Alan Moore

Dibujo: J.H. Williams III


Editorial: Norma


Formato: Cartoné. 192 Páginas c/u


Precio: 14€ c/u


Calificación: 8.5/10

Hay escritores cuyo único afán a la hora de elaborar los guiones de una serie mensual es epatar a los imberbes lectores con una acción desenfrenada que los deje sin habla. Cuantos más giros, acontecimientos inesperados y finales de infarto puedan introducir en su colección, mejor. Insertados en esa máquina de hacer dinero que son las grandes editoriales, dichos autores son incapaces (o si son capaces se hacen el despistado) de arriesgar más allá de los estrictos y constreñidos parámetros impuestos por las compañías que pagan sus cheques. Afortunadamente, siempre existen artistas dispuestos a arriesgar el ser tildados de "alternativos" o simplemente "raros" con tal de que su creación salga a la luz tal y como ellos la conciben. Alan Moore, como podrán imaginar, es uno de ellos.

El guionista inglés, capaz de moverse en una
major como DC buscando siempre los entresijos en los que colar sus personalísimos proyectos, consigue con Promethea todo lo contrario a aquello en lo que se basa la idiosincrasia de una gran franquicia (como las de Superman, Batman o los mutantes), hacer el cómic que él quiere para él, sus amigos, y los cuatro locos que estén dispuestos a aventurarse en un tebeo en el que, durante dieciocho números, no pasa casi nada...al menos bajo ciertos estándares.
Pero claro está, estamos hablando de un autor que jamás ha querido ser encorsetado en un género particular, cultivando, a lo largo de su extensa carrera, todos las posibles fronteras del mundo del tebeo.

Así, en los citados dieciocho números que quedan recogidos en los tres tomos que estamos reseñando, Moore se da el gustazo de, llegado el punto, no avanzar casi nada la narración en el sentido tradicional, y se dedica, durante buena parte de ellos, a impartirnos, cual venerable profesor de Oxford (aunque no me imagino a un profesor de la exclusiva universidad británica con esas barbas) una clase magistral sobre el mundo de la magia, la cosmología, el tarot, la religión y todo aquello que une a dichos conceptos. Y aunque muchas veces de la sensación de que el autor divaga, cuando se acaba un número de la serie dicha sensación se evapora, quedando un poso conceptual al que Moore va añadiendo pequeñas porciones de conocimiento en cada nuevo ejemplar de la colección.


Y si arriesgada es la apuesta del escritor por mantenerse al margen de convencionalismos y estereotipos, más lo resulta el inconmensurable trabajo de J.H.Williams III. El artista, del que ya afirmábamos que rompía con cualquier esquema pre-establecido en el que se quisiera enmarcar un simple tebeo, consigue con el trabajo desarrollado en estos tomos derribar cualquiera de las barreras que dibujantes menos arriesgados que él se afanan en levantar. En el primer volumen de la colección ya habíamos podido asistir a todo un recital de imaginación por parte del dibujante, pero nada de lo que allí admirábamos podía prepararnos para el do de pecho que el artista desarrolla página tras página. Siguiendo más o menos el orden de la numeración de la serie podemos encontrar: viñetas elaboradas a base de fotografías; todo un número montado en formato apaisado con viñetas en widescreen; otro en el que cada página es una splash page diseñada alrededor de las cartas del tarot; dibujos imitando al estilo de animación del Yellow Submarine de los Beatles; páginas enteras en las que los únicos colores son el rojo y el negro; un número en el que los fondos están pintados al óleo imitando las pinceladas del impresionismo y el expresionismo...y así podríamos seguir ad infinitum.

Queda claro con el último párrafo que si hay algo que no se podrá conseguir con esta reseña es abarcar toda la grandeza, tanto visual como conceptual, que encierra Promethea. Con más vehemencia de la usual les insto a la rápida adquisición de esta estupenda serie. Espero que tras leerla puedan comprender el porqué de tan apremiante recomicdación.
Sergio Benítez (27)

lunes, 29 de septiembre de 2008

PROMETHEA vol.1

Guión: Alan Moore

Dibujo: J.H. Williams III

Editorial: Norma

Formato: Cartoné. 176 Páginas

Precio: 15€

Calificación: 7/10

Siempre que he hablado con algún aficionado al mundo del cómic acerca de Alan Moore he afirmado, sin miedo a errar, que la imaginación del guionista inglés es portentosa. Y lo he hecho sin haber leído la que sin duda resulta una de las muestras más paroxistas de la imaginación, no sólo del autor inglés, sino del cómic en general. Curiosamente, es la imaginación, su protagonismo en este mundo, y en otros muchos mundos, y la relevancia de esta en el ideario colectivo, la que pone en funcionamiento una serie en la que el guionista, acompañado de un J.H.Williams III visualmente desatado, dejan volar la que se ha dicho es, la herramienta más poderosa de la humanidad.

De manera similar a como Michael Ende hizo en su Historia Interminable con Fantasía a mediados de los ochenta, Moore describe en Promethea un mundo llamado Inmateria creado por la imaginación de la raza humana. En ese mundo, en el que todo es posible, habita Promethea, una suerte de superheroína que a lo largo de los años ha ido apareciendo en diversas encarnaciones, siempre apoyándose en la febril imaginación de un humano. La última en traerla a nuestro mundo es Sophie, una universitaria que, sin saberlo, se verá envuelta en un el eterno conflicto entre el bien y el mal.

A partir de esa premisa, Moore y Williams elaboran un tebeo cuyo disfrute reta constantemente al lector tanto intelectual como visualmente. En el primer campo, Moore sigue rompiendo barreras acercándonos a un mundo de fantasía que mezcla a la perfección personajes inventados por él con otros del acerbo cultural (como Caperucita) creando una lectura hojaldrada, en la que cada capa oculta muchas detrás, y con las que el guionista se va creciendo conforme avanza la historia.

En el terreno visual, Williams desarrolla aquí el que es su mejor trabajo. Rompiendo por completo la composición de página cerrada a la que se atañen los cómics de siempre, Williams plantea una narrativa visual abierta de extrema belleza que se va superando a si misma en cada paso de hoja, y que por no constreñirse, no lo hace ni siquiera al sentido de lectura tradicional, improvisando en las muchas páginas dobles que pueblan el tebeo nuevos recursos que dejarán con la boca abierta a quien este acostumbrado a la simplicidad de los cómics de mutantes (por poner un ejemplo).

La conjunción de ambos terrenos deviene en una creación única, en la que Moore desata su pasión por la magia y la construcción de universos cercanos pero a la vez extraños, universos en los que todo es posible. En este sentido son dignos de mención los dos últimos números contenidos en el tomo editado por Norma, en los que Sophie comienza a ser formada por todas las Prometheas que vivieron antes que ella. El derroche creativo del guionista unido a el esplendor visual de Williams concretan en esos dos números un perfecto ejemplo de lo que llega a dar de si el tándem. Un gran comienzo para una serie que promete, y mucho.

Sergio Benítez (26)

viernes, 26 de septiembre de 2008

SUPERMAN: LAST SON HC

Guión: Richard Donner & Geoff Johns

Dibujo: Adam Kubert

Editorial: DC

Formato: HC. 160 Páginas

Precio: $19.99

Calificación: 7/10

Richard Donner en Superman. ¿Hacen falta más razones para acercarse a la lectura de un tebeo?.

Después de treinta años, repitámoslo, ¡TREINTA AÑOS!, el Superman de Donner sigue siendo la mejor película que jamás se haya rodado sobre un cómic. Sí, Spider-man está muy bien (y su segunda parte es magnífica). Sí, Batman Begins es la repera y The Dark Knight no digamos. Vale, las dos primeras partes de X-Men son brutales. Y eso por no hablar de 300 o Sin City. Pero ninguna es como Superman. El cariño y mimo que Donner puso en la dirección del filme, la vehemencia de una historia genial firmada por Mario Puzo, la humanidad y carisma de Christopher Reeve, y la gigantesca partitura de John Williams son algunas de las razones (el resto se descubren viendo una cinta por la que no ha pasado el tiempo) que me llevan a afirmar con tanta rotundidad lo dicho anteriormente.

Es comprensible pues que, al saber que Donner iba a guionizar una saga de Superman junto a su protegido Geoff Johns, me faltara tiempo para hacerme con ella una vez editada en mi formato predilecto, la tapa dura.

La primera sorpresa al abrir el tomo es encontrarme que la mitad de las páginas de uno de sus números tiene tratamiento 3D (incluyendo el tomo las pertinentes gafas), un recurso narrativo que no veía desde hacía años en un tebeo. Pionero en esto de acercar las tres dimensiones a la lectura, DC no utilizaba esta técnica (si no me equivoco, cuidado) desde aquel Batman 3D que editara a finales de los ochenta. Al igual que pasaba en aquel experimento, la lectura en 3D se hace incómoda y cansa demasiado la vista para lo que al final aporta a la historia.

Anécdotas al margen, Last Son entronca a la perfección con la mitología de Superman creada por Donner en 1978: tras una breve introducción en la Fortaleza de la Soledad, Donner y Johns arrancan la trama con la llegada de una nave de origen desconocido en la que viaja un niño kriptoniano. Tal descubrimiento deja fuera de juego a un Clark cuyas reacciones obvias pasan primero por proteger al niño a toda costa y después por adoptarlo.

Es a partir del momento en el que esto ocurre cuando las concomitancias con el filme se hacen notar con mayor fuerza, introduciendo los guionistas a los tres criminales de Krypton cuyo encierro en la Zona Fantasma servía al director para iniciar la acción de Superman. Zod, Ursa y Non escapan de su prisión para sembrar el caos en la Tierra en una suerte de revisión que Donner se da el gustazo de efectuar al destrozo que Richard Lester hizo con la segunda parte de las aventuras del superhombre.

Desde ahí, Donner y Johns tejen un relato de carácter épico, con batallas imposibles y alianzas inimaginables que encuentran su mejor reflejo en los lápices de un desatado Adam Kubert. El pequeño de la saga de artistas cuaja un storytelling vibrante, ilustrando con igual mimo las espectaculares splash pages o las secuencias de conversaciones, aunque en muchos momentos exagere en exceso las perspectivas y puntos de vista.

Aunque no pasará a la historia como una de las mejores sagas de Superman (en realidad muy pocas podrían presumir de haberlo hecho), Last Son sirve para reencontrarse con una de las más fieles encarnaciones del mismo. Donner recupera parte de la magia que aportó a la mitología del Hombre de Acero en su película, dándole Johns un lavado de cara para preservarla intacta y presentarla a toda una nueva generación de lectores que aún no había nacido cuando Christopher Reeve nos hizo creer que un hombre podía volar.

Sergio Benítez (25)

miércoles, 24 de septiembre de 2008

HARD BOILED

Guión: Frank Miller

Dibujo: Geoff Darrow

Editorial: Norma

Formato: Album TD 120 Páginas

Precio: 19,50 €

Calificación: 5/10

Permítanme que comience la reseña de hoy invitándoles a hacer un sencillo ejercicio de retrospección. Recuerden cuando éramos mozalbetes bastante inocentes y nos conformábamos con muy poco. Podíamos pasar horas y horas dándole patadas a una pelota, solos o acompañados, incluso cuando no había pelota, con la plata de liar el bocata; podíamos jugar al 1X2 o abc y repartir tollinas a diestro y siniestro. Supongo que también recordarán unos libros que se hicieron muy famosos, los de ¿Dónde está Wally? La tarea consistía en encontrar a un pollo que siempre iba vestido con su jersey a rayas rojas y blancas, y un gorro de lana a juego estuviera donde estuviera, ciudad, montaña, playa o el espacio sideral. La gracia radicaba en que las paginas estaban plagadas de detalles que hacían la tarea un tanto difícil: miles de personas, sombrillas, platillos volantes y un largo etcétera que por momentos nos hacían desesperar y preguntarnos: ¿Por qué este maldito gafotas no ha podido ir a la playa otro día? Tenia que venir justamente hoy, que hay alrededor de cinco mil personas, solo en la orilla.

Bien, una vez situados, intenten encontrar, al menos, un par de diferencias entre esos libros de Wally y el comic que tenemos hoy entre manos, Hard Boiled. Tómense su tiempo. Bien…, ya, ¿no?...ahora, ¿si?. Pues nada, no se aburran. Es imposible que encuentren dichas diferencias por la sencilla razón de que no existen. Es muy fácil, en las dos obras nos vamos a encontrar páginas plagadas de detalles hasta extremos enfermizos, una labor de llenado de página INCREIBLE. Y en cuanto a la historia, pues eso, ¿qué historia?

En una reseña anterior, contaba que, junto con el tomo de Silvio José, este Hard Boiled no era capaz de conseguirlo ni a la de tres. Imaginen mi felicidad cuando Norma lo anunció entre sus futuras publicaciones. Por fin iba a poder disfrutar de esta obra de Miller y Darrow. ¿Disfrutar? Menuda decepción me llevé el otro día cuando termine el tebeo. Decepción y algo de enfado por los 20 castañazos que me había costado. Peor que un dolor de muelas oigan.

Las llamadas gamberradas de Miller habían tenido desigual suerte a lo largo de su carrera. Recuerdo su Bad Boy junto a Bisley, un tebeo que se leía con facilidad y que estaba bastante potable. También recuerdo el especial de Sin City Noche de Paz en el que, tras veintitantas ilustraciones a toda página, nos encontrábamos un bocadillo en la última. Algunos lo tacharon de timador y otros, entre los que me incluyo, de genio. Pues bien, este Hard Boiled, no llega ni a gamberrada. Que despropósito de ¿guión? Si buscan una historia en la que solo se vean tiros, explosiones, coches volando, sangre, ultraviolencia y casquería en cantidades industriales, no lo duden, a por este Hard Boiled de cabeza. Pero ahí se queda la cosa. Unas ilustraciones sobresalientes, con un detallismo en cada página que es para llevarse un buen rato mirándolas, créanme si les digo que la lectura no se resiente con tantos parones que hagamos. Resulta increíble que Geoff Darrow no acabara convirtiéndose en un calentista* después de esta obra. En nuestro país tan solo está publicado este Hard Boiled y su Shaolin Cowboy, de la cual solo tengo la referencia de mi amigo Sergio, digamos que es una obra que no te deja indiferente.

Para más fastidio, la edición de Norma cuenta con un par de detalles que me puso de los nervios. El primero es ver en la portada un anuncio que reza: “Próximamente en Cines Por el autor de Sin City y 300” ¡Y no es una pegatina! Está bien escrito en la sobrecubierta. Dios mío, que crimen contra el buen gusto. Y segundo, en las páginas 94 y 95 podemos ver claramente unas anotaciones, parece que a rotulador, en la parte baja de las ilustraciones. Por favooooor. Que son 20 euros, cuiden este tipo de detalles.

Para la nota final suelo puntuar dibujo y guión por separado para después sumarlos y dividir por dos. Pues bien si finalmente he puntuado con un 5 y creo que el trabajo de Geoff Darrow es de 10, ya saben lo bien que lo hace Miller en este tebeo. Vamos, que se ha coronado.

Marione (19)

* Hot Artist – Caliente Artista – Calentista. Pues nada, ya tenemos palabro para referirnos a esos dibujantes que con cada nuevo trabajo provocan más expectación. A mandar.

domingo, 21 de septiembre de 2008

SUPERMAN: ESCAPE from BIZARRO WORLD

Guión: Geoff Johns & Richard Donner

Dibujo: Eric Powell

Editorial: DC

Formato: Hardcover. 160 Páginas

Precio: $24.99

Calificación: 8/10

De un tiempo a esta parte, Geoff Johns se ha convertido en uno de los guionistas con mayor solidez y peso específico en el seno de la editorial DC. Su conocimiento exhaustivo del universo de la editorial y el genial tratamiento que ha dado a personajes como Green Lantern (relanzándolo de nuevo a la posición que se merece) han provocado que se haya convertido en pieza fundamental dentro en la sucesión de grandes acontecimientos que DC lleva enlazando desde hace cuatro años; apareciendo su nombre como guionista de la maxiserie 52 o de Infinite Crisis. Asignado desde hace algún tiempo a los guiones de Action Comics, Johns tenía claro desde un principio que tenía que contar con el que fuera su mentor a la hora de escribir el arco argumental Last Son (que traía de nuevo a la colección a Jor-El y Krypton). Y este no era otro que Richard Donner, el director de la que, aún hoy, treinta años después, sigue siendo la mejor adaptación del cómic al cine jamás rodada, Superman. Pero la lectura que hoy nos ocupa no es la citada (de la que ya hablaremos en una futura reseña), sino tres números que siguieron a la misma y que reinventan por completo, y de qué manera, al personaje de Bizarro.

Nacido en 1958, el Bizarro original era un clon imperfecto de Superboy con sus mismos poderes pero nula capacidad lógica que se sacrificaba en un acto de bondad para devolver la visión a una chica ciega (¿alguien ha dicho Frankenstein?). Reimaginado por Byrne en su mítico Man of Steel como un clon imperfecto de Superman, las ulteriores apariciones de tan curioso personaje (que habla diciendo lo contrario de lo que quiere expresar) siempre se han relegado a especiales u Otros Mundos. Para la ocasión, Johns y Donner nos presentan a un Bizarro cuya inteligencia a aumentado considerablemente y que ha descubierto nuevos poderes tras exponerse a las radiaciones de un sol azul. Entre los mismos, Bizarro tiene la capacidad de crear otros Bizarros y ha construido un planeta a su medida poblado con versiones de los personajes más recurrentes del entorno de Superman (Lois, Perry, Jimmy...). Pero Bizarro echa en falta una figura paterna que le guíe (como Jor-El hace con Superman en la Fortaleza de la Soledad) y secuestra a Jonathan Kent para que forme parte de su particular creación.

Tan disparatado argumento permite a Johns y Donner soltarse la melena y escribir momentos de auténtica carcajada, siendo el mejor de todos ellos el final del segundo número y posterior arranque del tercero con la aparición estelar de una Liga de la Justicia Bizarra que no tiene desperdicio: ese Flash seboso que no puede ni correr o un Batman que en lugar de batcueva tiene una batcasa en un árbol (y que por emblema lleva en el pecho un smiley) son muestras de hasta donde llega la capacidad imaginativa del dúo.

Y si magnífica es la labor de los guionistas la de Eric Powell no se queda atrás. El creador de The Goon (una serie recomicdadísima) es la elección lógica a la hora de imaginar un mundo habitado por criaturas extremas que se alejan de la iconografía superheróica tradicional. Tanto es así que su versión de Superman (muy fleischeriana, todo hay que decirlo) queda apagada por la genialidad
que el artista destila a la hora de dibujar a Bizarro y las versiones de la JLA, Brainiac o Doomsday.

La única objeción a tanto derroche de genio es que sólo sean tres números los que componen la lectura (completándose el tomo con tres historias clásicas del personaje), setenta páginas que saben a poco (poquísimo) y que aún así justifican sobradamente el gasto de los excesivos veinticinco dólares que cuesta el tomo. Parafraseando al protagonista de tan amena lectura: "Am not Bizarro. Don't Buy this Comic Book or Am not going to crush your head".

Sergio Benítez (24)

jueves, 18 de septiembre de 2008

ZOT TPB The COLOUR SERIES


Guión y Dibujo: Scott McCloud

Editorial: Kitchen Sink Press

Formato: TPB 288 Páginas

Precio: 35.95 $

Calificación: 9/10


Ya ha llovido un poco desde que llegaran a los kioscos españoles las colecciones del sello Eclipse. Planeta fue la encargada de publicarlas y recuerdo que pasaron con más pena que gloria por estos lares. La buscadísima Miracleman de Moore, Liberty Project de Busiek, el crossover Total Eclipse o la que hoy tengo el gusto de reseñar, Zot del maestro de la narración Scott McCloud.

Cuando leí que HarperCollins pensaba publicar un megatocho de casi 600 páginas a un precio bastante asequible con todo Zot me puse a hacer memoria. ¿Zot? ¿Rubiales, guaperas culoperas y con una pistola que parecía un secador de pelo dorado? No se, no se…venga sí, vamos a darle una oportunidad, al fin y al cabo es de McCloud al que consideran una eminencia en esto de los tebeos. ¡Pero cuidado! La edición de Harper contiene toda la serie en blanco y negro, o lo que es lo mismo, desde el número 11 al 36. ¿Qué pasa con los diez primeros? Pues que hay que tirar de ebay, Amazon o lo que buenamente se pueda.

Finalmente me hice con el TPB de Kitchen Sink Press, a muy buen precio, en el que nos encontramos con los diez primeros números a color. Tras hojearlo me di cuenta que los dibujos de McCloud son muy sencillos y simples, incluso podría llegarse a pensar que son de un principiante. Que equivocado estaba. Lo que McCloud hace es simplificar la viñeta al máximo, todo lo que no sirva para contar una buena historia, sencillamente, no aparecerá, prefiere planificar una composición de página perfecta.

El tomo se abre con una extensa e interesantísima introducción de Kurt Busiek, amigo y antiguo compañero de correrías de McCloud, en la que el barbudo guionista nos relata como empezaron en este negocio los dos juntos, para años más tarde seguir cada uno su propio camino. No obstante, Busiek aparece como consultor de argumento en los créditos del comic, por lo que esta sociedad aguantó, al menos, 10 números más.

En cuanto al comic en si, es una autentica maravilla. Las ilustraciones, como ya he dicho antes, son muy simples, con un buen dominio de la anatomía, pero poco más. El punto fuerte de la historia es el sentido de la narración. La perfección absoluta. Todo avanza como tiene que avanzar. No habrá trucos baratos de guión, no habrá problemas con la línea temporal, y eso que la acción transcurre en el futuro. McCloud lo deja todo atado y bien atado. El trasfondo de cada uno de los personajes está muy cuidado, sabiendo desde la primera viñeta en que aparecen cual va a ser el rol asignado a dicho personaje.

Un hecho que me ha llamado poderosamente la atención es la influencia del Manga en este Zot. Las expresiones de las caras de los protagonistas, la forma de presentar ciertos acontecimientos de la historia, algunas pinceladas de humor “Made in Japan”, y un sinfín de detalles que para nada resultan chocantes. La historia rezuma imaginación por los cuatro costados. Una autentica delicia que por momentos me ha recordado las sensaciones que uno tiene cuando ve películas como Los Goonies, Regreso Al Futuro, El Secreto De La Pirámide, y un largo etcétera de mundos imaginarios y entrañables. Estén preparados para dar un viaje por una versión futurista de nuestra Tierra en la que nos encontraremos al héroe, la chica que se enamora del héroe, el hermano de esta chica, el cual proporcionará más de una carcajada, un robot compañero de nuestro héroe, un tío inventor, y malos, muchos malos a cual más imaginativo.

En resumen, un tiésquetener* sin ningún tipo de dudas. El otro día ya me llego a casa el tomazo con el resto de la serie en blanco y negro con el plus de estar firmado por McCloud, y no voy a tardar mucho en hincarle el diente. No me puedo imaginar que voy a encontrar en este tomo, si en diez números ha desplegado este potencial imaginativo que no hará en veintitantos números que quedán por delante. Arrrrrr (imaginen mi cara tipo Homer, babeando y todo)

* Cansado de anglicismos tipo Must Have, Hype, Hot Artist y demás chuflerías, he decidido crear algunos conceptos más cañís y más salaos que todas esas importaciones lingüísticas. Este tiésquetener es el primero de muchos otros que vendrán y como habrán deducido significa que es una obra que tienes que comprar sí o sí. He dicho.

Marione (18)

lunes, 15 de septiembre de 2008

ARRUGAS

Guión y Dibujo: Paco Roca

Editorial: Astiberri

Formato: Libro Cartoné. 106 Páginas

Precio: 15€

Calificación: 10/10

Mucho tiempo.

Muchísimo tiempo ha pasado desde que un cómic provocara en mi tantísimas emociones.

Demasiado tiempo sin que una historia consiguiera hacerme reir, llorar, sentirme impotente, melancólico o simplemente triste.

Muchísimo tiempo desde que una lectura me enganchara hasta tal punto que, una vez iniciada, no fuera capaz de abandonarla hasta haberla finalizado.

Y entonces llegó Arrugas.

A través de anécdotas y experiencias propias Paco Roca hila una historia que tiene como protagonista a Emilio, un antiguo empleado de banca afectado de Alzheimer cuyo hijo lo ingresa en una residencia de ancianos. A partir de ahí Emilio conocerá a personajes dispares a través de los cuales Roca irá definiendo una de las verdades más crueles de la vida: a todos nos toca envejecer. Fijándose de manera tierna y con una humanidad gigantesca en las pequeñas idiosincrasias que nos hacen ser como somos, Roca va presentando a Miguel, el compañero de cuarto de Emilio, y de lejos, el mejor personaje de la historia; a Sol, que siempre está buscando un teléfono; a Antonia, que guarda sobrecitos de ketchup y porciones de mantequilla en el bolso para después dárselas a un estupefacto nieto o a Dolores y Modesto, él afectado de la terrible enfermedad, ella la esposa fiel que sigue perdidamente enamorada tras décadas de matrimonio (y protagonistas de las más enternecedoras páginas del relato, aquellas en las que Roca nos muestra el porqué de la sonrisa de Modesto).

Con un trazo sencillo y una composición de página que se debe en todo momento a lo que la historia exige, Roca demuestra con Arrugas un acusado dominio del ritmo narrativo alternando páginas en las que la historia avanza a través del cada vez más deteriorado pensamiento de Emilio (esa talope-pelota- o casi al final cuando los rostros comienzan a borrarse); con otras que casi parecen sacadas de un dominical, estructuradas a modo de tira cómica, con un principio y un final que se antojan ajenos al curso del resto de la novela gráfica (magistral esa doble página que muestra un día en la residencia) pero que con el buen hacer de Roca quedan perfectamente engarzados en el transcurso de la misma.

Huyendo de la lágrima fácil, o de la carcajada estentórea, pero siendo consciente de que el curso de la historia desencadenará ambas, Roca consigue con Arrugas llegar a lo más profundo de nuestro corazón y anidar allí durante mucho más tiempo del que dura la (breve) lectura de su obra. Sólo por eso, ya tiene más que merecido el calificativo de Obra Maestra.

Sergio Benítez (23)

viernes, 12 de septiembre de 2008

WANTED - SE BUSCA

Guión: Mark Millar

Dibujo: J. G. Jones

Editorial: Planeta DeAgostini

Formato: TPB 144 Páginas

Precio: 11 €

Calificación: 8,5/10


Pues nada, aquí vamos con la reseña del comic que ha dado pie al especial de esta semana sobre Mark Millar. Hace ya algunos años que Millar anunció un puñado de series que conformarían el Millarverso y este Wanted, o Se Busca, tenía el gancho suficiente como para llamar la atención de bastante gente. Y vaya si lo hizo. Como toda buena obra que se precie no debe dejar indiferente a nadie y Wanted posee esa capacidad para dividir al respetable. Habrá gente que considerarán la historia de Millar como una forma más de provocar, un tebeo con poca chicha que será recordado por la cantidad de violencia gratuita que hay en cada una de sus páginas, y por otra parte habrá gente que consideren está sangría como un medio para contar una historia, no muy original, aunque sí muy bien narrada y mejor dibujada. Permítanme que me incluya en este último grupo.

El tener hecha una carrera como Filología Inglesa me ha proporcionado el conocimiento de ciertas obras literarias que, quizás, en otras circunstancias me habrían pasado totalmente inadvertidas. Recuerdo haber estudiado Pigmalión de George Bernard Shaw y dicha obra guarda bastantes semejanzas con el comic que reseñamos ahora mismo. En el clásico de Shaw, es una joven florista de pocos modales la que se verá educada y transformada hasta poder introducirse en la alta sociedad. Millar utiliza una premisa bastante parecida, cambien a la florista por un fracasado y alta sociedad por red criminal de meta-humanos. Si a esto añadimos algunas ideas de Astro City (creo que guarda más semejanzas con la creación de Busiek que con el Watchmen de Moore), finalmente tendremos Wanted.

Y la verdad es que no hay mucho más que añadir, cantidades industriales de muertes sin sentido por aquí y unas briznas de traiciones y conspiraciones por allá y tendremos una de las obras más rompedoras de los últimos años. Después de leer la obra de Millar e informarme sobre algunas de sus últimas colecciones, me da que, quizás, el estilo hiperviolento y grandilocuente de Millar funcione mejor con creaciones suyas o con poca historia pasada (por ejemplo Authority, Ultimates) que con personajes que ya cuentan con unos añitos en el panorama comiquero (Lobezno, Los 4 Fantásticos) y es que por mucho que nos guste ver nuevos puntos de vista en las series de siempre hay que admitir que Millar entra pisando el acelerador a tope y puede que sea ésto lo que nos choque al principio.

En cuanto al trabajo de J. G. Jones, tan solo decir que es una autentica gozada ver como crea de la nada un universo plagado de villanos completamente nuevos. Se le podría achacar cierta estaticidad en cuanto a los personajes, pero el detalle con el que acaba cada viñeta es realmente de agradecer. También echa mano de algunas celebridades como referencia para poner cara, al menos, a los dos personajes principales. Fácilmente reconocibles son el rapero Eminem como Gibson y la actriz Halle Berry como Zorra.

Todo en este tebeo está plagado de un exquisito humor negro, una mala baba de aupa y villanos, muchisimos villanos , tiernos como Subnor, entrañables como el Profesor Solomon, aterradores como Mister Rictus o esa genialidad, bajo mi punto de vista de las mejores de todo el comic, que es Cabeza de Mierda, una persona-excremento formado por las heces de los 666 seres humanos más viles que han existido en la Tierra. Si nos encontramos con frases del tipo: “Matar es como comer Pringles, no sabes si podrás parar una vez has empezado” ya sabemos lo que tenemos entre manos, clasicazo moderno al canto. Je, je, je, Cabeza de Mierda, lo que yo te diga, un genio este Millar.
Marione (17)

jueves, 11 de septiembre de 2008

ABSOLUTE AUTHORITY HC vol. 2

Guión: Mark Millar

Dibujo: Quitely, Adams y Weston

Editorial: DC

Formato: Absolute HC. 308 Páginas

Precio: $49.95

Calificación: 9/10

Tras coquetear con ellos un tiempo en Stormwatch, la súbita cancelación de la única colección que valía la pena del Universo Wildstorm (al menos hasta aquel entonces, hace ya unos seis o siete años) provocaba que Warren Ellis dejara huérfanos a los miembros de Stormwatch Black, un grupo de operaciones encubiertas cuya creación había supuesto un golpe de genio por parte del guionista inglés. De esta forma, Jenny Sparks, la encarnación viva del siglo XX; Apollo, uno de los metahumanos más poderosos del mundo capaz de almacenar energía solar en sus células, y su amante Midnighter, un ser humano mejorado con todas las técnicas de lucha posibles y capaz de pensar una pelea desde mil ángulos posibles antes de tenerla físicamente; y por último Jack Hawksmoor, abducido por extraterrestres y modificado para sobrevivir en las ciudades, se quedaban sin padre.

Pero la situación no duraba mucho, unos meses después de la cancelación de Stormwatch, se anunciaba una nueva colección con los cuatro citados protagonistas llamada Authority. A ellos vendrían a sumarse el Doctor, drogadicto y chamán del mundo; Swift, una furia alada y Engineer, una científica cuya sangre ha sido sustituida por maquinaria líquida. Ellis, consciente de que tiene en sus manos una serie de enorme potencial, nos regala durante doce números (divididos en tres sagas de cuatro ejemplares) una de sus mejores obras, en la que enemigos de proporciones cada vez más gargantuescas intentan acabar con la vida en la Tierra. Primero es un científico megalómano de la isla de Gamorra (el equivalente al Genosha del universo Marvel); después toda una civilización procedente de una realidad alternativa en la que Inglaterra recibe el nombre de la Albión Deslizante; y por último el mismísimo Dios.

Con Authority, Ellis escribe un tebeo en formato widescreen, una auténtica gozada visual (a la que no es ajena el impresionante trabajo de Bryan Hitch) cuya clara vocación cinematográfica no debería escapar a nadie. Tras la marcha de Ellis, la responsabilidad de escribir los doce números siguientes y dar así cierre a la primera y mejor época de la colección (lo que ha venido después no merece ser ni nombrado), recae sobre un compatriota del primero, Mark Millar.

Estructurando su estancia en la serie de la misma forma que Ellis, esto es, con tres arcos argumentales de cuatro números cada uno, Millar pronto se desmarca del exacerbado tono de ciencia ficción de su antecesor para escribir la serie de la forma que ha demostrado que mejor se le da: el hiperrealismo. Así, los cuatro primeros números arrancan con un Authority cuyo reconocimiento a escala mundial es utilizado por sus miembros para impartir justicia allá donde sea necesaria. Una incursión en un país del sudeste asiático, encaminada a derrocar al dictador de turno, provoca que los poderes fácticos, representados de nuevo por un científico megalómano (en clara referencia a los primeros números de Ellis) cuyo objetivo es dominar al mundo, planten cara a nuestro grupo de héroes. Para ello, Millar tira de la mala baba que lo caracteriza y se saca de la manga toda una completísima versión de la práctica totalidad de los héroes de la Marvel.

Comenzando por esos bizarros Vengadores (lo del Coronel y Cabeza de Chatarra es impagable) y terminando por todo aquel personaje que se le ocurre, ya sea de los X-Men o cualquier otro, Millar consigue, con estos primeros cuatro números, hacernos olvidar por completo que Ellis estuvo alguna vez paseándose por la colección; pudiéndose decir otro tanto de la espléndida labor de Frank Quitely. El artista escocés (cuyo nombre real es Vincent Deighan) cuaja en Authority un trabajo perfectamente enmarcado en la genialidad de todo aquello cuanto toca (y ya hablaremos por aquí de JLA. Earth 2, We3 o All Star Superman) y sus páginas vibran en perfecto estado armónico con el realismo que Millar destila en sus diálogos.

Sustituido de forma molesta por Chris Weston o Gary Erksine, Quitely regresará para dibujar tres números más una vez trascendido el primer arco argumental, visualizando con su atrevido trazo dos de los correspondientes a Earth Inferno (la segunda de las tramas), y sólo uno de Brave New World, donde, al margen de Erksine, compartirá protagonismo con el siempre efectivo Arthur Adams.

Volviendo a Millar, hay que admitir que si el primer arco argumental es genial, los otros dos no se quedan atrás. El segundo, Earth Inferno, plantea una nada descabellada venganza de la Tierra contra unos humanos que casi la dejan perecer en la última saga escrita por Ellis. En los cuatro números que lo componen, Millar es capaz de abarcar en su guión tanto la innegable épica de los desastres a escala mundial como un enfrentamiento de veintidós páginas entre Authority y uno de los antiguos Doctores, un número que por si sólo valdría el desembolso del tomo entero.

Llegados al tercer arco argumental, Millar plantea una suerte de movimiento ciclíco, poniendo de nuevo de relieve las claras molestias políticas que Authority causa a los hombres más poderosos del planeta. Una nueva versión del grupo (hilarante como no podía ser de otra manera) expulsa a la conocida de su posición, siendo responsabilidad de Midnighter devolver el status-quo a su lugar. Diálogos que hacen constante referencia a acontecimientos, personajes y series de televisión del mundo real son continuos recordatorios de porqué Millar está en la envidiable posición en la que se encuentra: pocos compañeros pueden alardear de la capacidad del escocés para inventar mundos de tebeo tan reales como la vida misma. Millar es un genio. Authority, una pequeña muestra de ello.

Sergio Benítez (22)

miércoles, 10 de septiembre de 2008

WOLVERINE: ENEMY of the STATE

Guión: Mark Millar

Dibujo: John Romita Jr

Editorial: Marvel

Formato: Cartoné. 160/190 Páginas

Precio: 19.99/21.99 $

Calificación: 7/10

Corrían otros tiempos cuando este canadiense de peinado imposible y estrafalario uniforme se vendía como el mejor en su trabajo. El virus “Equipo A” infectaba a nuestro mutante favorito, y es que por muy chungo que nos lo pintaran, el amigo Logan no pasaba de arañar al maloso de turno y destrozar cuantas paredes se interpusieran en su camino. Siempre me preguntaba, ¿por qué siendo tan fiero y tan zumbado, no cortaba a sus enemigos en rodajas cual barra de mortadela?.

Pasó el tiempo y uno se iba dando cuenta de lo que significaba el Comic Code y demás mandangas. Pero mire usted por donde que llega el tan ansiado enfoque adulto a los comics. El desembarco de una legión de guionistas para dar una visión más (¿o menos?) realista de los superhéroes era un hecho y unos de los abanderados de este movimiento es el que tratamos hoy en esta reseña: Mark Millar.

Publicada bajo el sello Marvel Knights, este Lobezno: Enemigo Del Estado dejó sin respiración a más de uno, entre los que me incluyo, al menos en su primera lectura. Mi amigo Sergio se me había adelantado en la lectura de esta saga (y van…) y me puso en antecedentes. Que si era muy cafre, el Lobezno más bestia que se recuerda, etc, etc… Tampoco me sorprendí mucho ya que era la enésima versión del personaje que vendían como la definitiva y uno ya no tiene 10 años como para emocionarse.

Como he apuntado un poco más arriba, tras la primera lectura hace ya algún tiempo, todo lo que me advirtió Sergio era cierto. Menudas carnicerías se pueden ver en estas páginas, casquería a porrillo. Era el Lobezno que siempre nos habían estado vendiendo de boquilla pero esta vez nos lo estaban mostrando de verdad. Para terminar de arreglar la cosa, la trama cuenta con elementos tan dispares como Nick Furia y SHIELD, Romita Jr, Elektra y la Mano, Romita Jr, Gorgón, un enemigo nuevo que da bastante grima y mal rollo, Romita Jr, los 4 Fantásticos y en los dibujos Al Milgr… nooooooo.

Puede que no sea el mejor trabajo de este grandísimo autor, y esto se debe en gran parte, al entintador Klaus Janson, para lo bueno y para lo malo. Bajo mi humilde opinión las tintas de Janson le vienen de rechupete al trazo de Romita. Ese estilo sucio y suelto hace de algunas páginas de esta historia autenticas maravillas visuales. Al menos en la inmensa totalidad del tebeo ¿Dónde está el problema entonces?

El único problema que encuentro en la parte gráfica son las contadas licencias que se toma Janson en ciertas ocasiones, se puede apreciar claramente que en algunas páginas hay más de Janson que de Romita. Tampoco podemos pedirle más al bueno de John, un tío que es capaz de dibujar dos series mensuales y entregar a tiempo solo puede recibir alabanzas y es comprensible que algunas páginas no estén tan trabajadas como otras y es ahí donde Janson se aprovecha vilmente. Quizás el problema es un poco más preocupante en la parte escrita.

Tras la sorpresa de una primera lectura y ya con la cabeza más fría, llegó el momento de la tan temida segunda lectura. Y amigos tengo que admitir, que sin ser una mala historia, no deja de ser una buena idea alargada hasta extremos enfermizos. El hijo de un chofer japonés es secuestrado al ser confundido con el hijo de su jefe. Lobezno entra en escena despedazando a troche y moche todo lo que se mueve. Ocurre algo y Lobezno sigue a lo suyo. Ocurre otra cosa y Lobezno sigue en sus treces. Lo dicho, una historia de vendetta pura y dura. La nueva política de TPBs de Marvel en la que los arcos argumentales tienen que durar seis números para después formar un bonito tomo hace que los guionistas se conviertan en auténticos trileros de las palabras. En este caso en concreto, pienso que hubiese quedado un producto mucho más compacto si los 12 números se hubiesen quedado en 6. Sin ir más lejos hay una historia de Peter David de la que guardo muy buenos recuerdos, El Caso De La Joya Gehena, que es de las más divertidas y entretenidas que me he leído sobre el personaje y no necesita 12 números para desarrollarse.

En fin, no piensen que estamos frente a un mal tebeo, ni pensarlo, el derroche visual de Romita Jr es una gozada y el poder disfrutar del Lobezno sanguinario, psicópata e impactante que siempre quisimos ver, bien vale lo que cuesta el tebeo. Al fin y al cabo al Señor De Los Anillos le pasa lo mismo y ahí está la que para muchos es la mejor saga de fantasía de la historia. Pero eso es un jardín en el que no pienso meterme.
Marione (16)

martes, 9 de septiembre de 2008

SUPERMAN: RED SON TPB

Como quiera que, al margen de los cómics, el cine es una pasión compartida por Mario y un servidor y que, por otra parte, la tendencia actual de adaptaciones nos brinda la oportunidad de asistir casi todos los meses a una nueva incursión del tebeo en la gran pantalla; en lecturas reCOMICdadas decidimos, desde el primer momento, que cada nuevo estreno de una producción que adaptara un cómic al séptimo arte, iría acompañado de un especial. Lo hicimos con Hulk y con Dark Knight y repetimos esta semana con Wanted y un repaso a cuatro obras emblemáticas de su guionista, el genial Mark Millar. ¡Qué ustedes lo disfruten!

Guión: Mark Millar

Dibujo: Johnson & Plunkett

Editorial: DC

Formato: TPB. 160 Páginas

Precio: $17.95

Calificación: 8.5/10

Vale. Habíamos visto a Superman en la Edad Media; lo habíamos leido emulando al Tarzán de Burroughs; a Clark Kent siendo enviado a Krypton desde una Tierra a punto de extinguirse; a Kal-El aterrizando en una Gran Bretaña de locos y siendo acosado por la prensa amarilla, pero, ¿un Superman comunista?. Sólo a alguien podía ocurrírsele tamaña bofetada en la cara al icono norteamericano por excelencia. Y ese alguien es Mark Millar.

Irreverente y políticamente incorrecto, el guionista británico recala a mediados de los noventa en Estados Unidos después de muchos años escribiendo en su país de origen. Su primer trabajo, para DC, serán cuatro números de The Swamp Thing; aunque la auténtica eclosión de su actual status se producirá seis años más tarde cuando aterrice en Authority para sustituir a Warren Ellis. Haciendo suya una colección que gozaba de una salud inmejorable, Millar convierte a Authority en una incógnita mensual que mantiene a los fans en vilo con cada nuevo número. El truco, remozar el planteamiento wide-screen de Ellis para darle un tono hiperrealista con personajes extremos. Desavenencias con DC (que quería a toda costa censurar la desaforada violencia de la colección tras el 11-S) le llevan a marcharse a la competencia en 2001, donde formará parte de la creación del Universo Ultimate y la que es (con permiso de Ultimate Spider-man) la mejor de las series del sello hasta la fecha, The Ultimates.

Pero justo antes de esto, y coincidiendo con su marcha de DC, la compañía publica Superman: Red Son, probablemente el mejor Elseworlds que se haya escrito, no ya del Hombre de Acero, sino del Universo DC en general (tengan en cuenta que el nivel de estos desaparecidos especiales tampoco era muy alto). En Red Son, Millar reimagina a Superman como adalid del régimen comunista en la era Stalin. A partir de dicha premisa, que en manos de un guionista menos hábil habría visitado conocidos lugares comunes, Millar construye una historia apasionante en la que nada es lo que parece, sobre todo en cuanto atañe al Hombre de Acero. Alejado de las buenas enseñanzas de los Kent, y criado en la utopía comunista, Superman, tras ciertos acontecimientos del primer prestigio recogido en el recopilatorio, se convierte en un totalitario líder que pretende controlar el mundo bajo las ideas marxistas.

Tanta diferencia con el héroe de toda la vida no es ceñida por Millar sólo al último hijo de Krypton (que, como buen héroe del pueblo, no tiene nombre propio como si lo hace su versión original), sino que el escritor reinventa para la ocasión a Lex Luthor, Batman y Wonder Woman (y a otros muchos habituales de la galería del Hombre de Acero), en otro alarde de brillante genio. El primero, enemigo jurado de Superman, es un genio intelectual casado con Lois Lane, que tiene como único propósito en la vida el acabar con el abanderado soviético. El segundo, cuyo origen es sensiblemente cambiado por Millar (ahora es un oscuro policía militar ruso el que acaba con las vidas de sus padres), es definido como un revolucionario anarquista que se opone a cuanto Superman abandera. Wonder Woman, por último, no cambia ostensiblemente su idiosincrasia, aunque si lo suficiente como para que sus acciones queden plenamente justificadas.

La única falla de la genialidad derrochada por Millar en Red Son la encontramos, no en su labor, sino en el molesto cambio de dibujante que se da casi al final del segundo número. Hasta ese momento, Dave Johnson (conocido portadista de 100 Balas) demuestra su ejemplar forma con un trazo clásico insertado en una narrativa vibrante y contemporánea que sabe capturar a la perfección el tono añejo del arranque de la acción sin perder un ápice de interés cuando esta va avanzando en el tiempo. Fuera Johnson, Killian Plunkett hace lo que puede para adaptar su personal estilo a los cánones de su predecesor, aunque el tono crispado que lo caracteriza nada tiene que ver con la suavidad de formas del primero. Aún así es de agradecer el esfuerzo del dibujante por no crear demasiadas estridencias y casi conseguir que el cambio de trazo sea imperceptible.

Red Son no es el mejor trabajo de Millar, algo que dice mucho acerca de lo que el escritor británico ha sido capaz de desarrollar a lo largo de su corta pero intensa carrera. Aún así, momentos como las peleas con Bizarro o Batman; la genial reinvención de los Green Lantern Corps o la mala baba que destila ese cíclico y paradójico final son muestras perfectas de porqué este Red Son es una lectura tan bien recomicdada.

Sergio Benítez (21)

sábado, 6 de septiembre de 2008

PRINCIPE VALIENTE Volumen 5

Guión y Dibujo: Hal Foster

Editorial: Libri Impressi

Formato: Álbum Rústica. 112 Páginas

Precio: 25€

Calificación: 10/10

Siendo la primera vez que hablamos en este blog del Príncipe Valiente, sería lógico pensar al menos un par de cosas: primero, que la longitud de la reseña será antológica (más que nada porque se necesitaría mucho espacio para cubrir todo lo que se debe decir sobre la magna serie de Hal Foster) y segundo, ¿porqué empezar en el volumen 5, y no en el 1?. La respuesta a la primera línea de pensamiento es bastante rotunda; NO, esta no va a ser una reseña interminable por que, NO, no vamos a ocuparnos de repasar toda la obra de Foster ni las múltiples ediciones que, a lo largo de los años han ido apareciendo en nuestro país. Para ello, os insto a una simple tarea: adquirir el ejemplar libro escrito por Manuel Caldas y editado por Dolmen que con título Foster y Val cubre, de manera exhaustiva, todo lo relativo a la vida y milagros del autor y a lo que su obra cumbre se refiere.

La respuesta a la segunda pregunta es más simple aún, esta reseña está pensada para analizar, de forma más o menos pormenorizada, la IMPRESIONANTE edición que Manuel Caldas está llevando a cabo sobre toda la etapa de Foster al frente de Príncipe Valiente, y el quinto volumen es tan buen momento como otro para hacerlo. Autofinanciada por él mismo y con una tirada que obligatoriamente tiene que llegar a los 300 ejemplares para que el siguiente tomo vea la luz (para comprarlos y ayudar a que así sea pasaos por AQUI) la labor que Caldas está realizando con su edición de la serie de Foster sólo puede ser alabada hasta el hastío. Algunos de los motivos para tal efusividad son:

1. La restauración de las planchas originales: Caldas, probablemente el mayor experto a nivel mundial en lo que al Príncipe Valiente se refiere, está retocando minuciosamente todas y cada una de las planchas originales para devolverles todo su brillo original. Ello es visible nada más adentrarse en las primeras páginas. Editada en un pulcro blanco y negro, la presente edición del Príncipe Valiente hace que cualquiera de las otras que hayamos podido ver hasta ahora (ya sea la de Ediciones B o la de Planeta deAgostini) parezca una fotocopia de vigésimo quinta generación. Las páginas de Príncipe Valiente nunca habían lucido tan prístinas como lo hacen en esta magnífica edición que respeta desde los tramados de gris hasta la rotulación, copiada del original americano.

2. El tamaño de la edición: las medidas de cada volumen hablan por si solas, 35 x 27cm. Todo un mundo impreso en el que la vista puede deleitarse durante minutos en cada viñeta sin que ni siquiera así se llegue a abarcar toda lo que estamos leyendo. La elección de un papel satinado de alto gramaje completa las virtudes "físicas" de una edición en la que, como se suele decir, "Caldas ha echado el resto".

3. La traducción: responsabilidad de Rafael Marín (el escritor y guionista gaditano), otro amante empedernido del universo de Val, la traducción de la edición de Manuel Caldas se está llevando a cabo desde cero, sin tener en cuenta ninguna de aquellas que existieron antes que ella. Y aunque las variaciones son sutiles (el cambio del nombre de la espada de Val, por ejemplo) se nota el cariño y el mimo que, tanto Marín como Caldas, están poniendo en esta su "criatura".

4. Los detalles de Manuel: desde esas primeras páginas, en las que Caldas siempre incluye ilustraciones inéditas de Foster o reproducciones de viñetas a tamaño real, hasta la últimas, con artículos de Rafa Marín o planchas que muestran los colores originales de Foster, la edición (cuya periodicidad es su único defecto, aunque uno muy perdonable dada la calidad de la que estamos disfrutando) muestra la pasión que Manuel está poniendo en cada página. Y por si cada tomo no fuera suficiente regalo, en el último volumen Caldas ha adjuntado un póster reproduciendo una plancha a tamaño original, así como un par de viñetas (una a color, una en blanco y negro) directamente extraídas de las tintas de Foster e impresas en cartulina de alto gramaje. Todo un regalo digno de ser enmarcado.

Resumiendo: la edición de Príncipe Valiente de Manuel Caldas es, al margen de los valores intrínsecos al fabuloso trabajo de Foster, una de esas colecciones que no debería faltar en nuestras estanterías. En el supuesto de que no te hayas acercado nunca al universo de Val, por el que no pasan los años, los volúmenes ya editados, y los diecisiete que quedan por venir son la mejor ocasión posible para hacerlo. Si sólo pudiera recomicdar una compra en este 2008, esa sería, sin duda alguna, este Príncipe Valiente. Ahí es nada.

Sergio Benítez (20)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

The WALKING DEAD vol.8: MADE to SUFFER

Guión: Robert Kirkman

Dibujos: Charlie Adlard

Editorial: Image

Formato: TPB 136 Páginas

Precio: 14.99$

Calificación: 8,5/10


¡Tu tu tu tuuuu! Vaya, en mi móvil suena el tono Jack Bauer, vamos a ver quien puede ser. Es Sergio. No es algo raro recibir una llamada suya pero a estas horas, las 10:30 de la mañana, no solemos tener nuestras conversaciones fricoidales: “Heeeeeey. ¿Qué pasa?”. A lo que responde: “Tío, tan solo cuatro palabras: Oh - my - fucking - God!” Tan impía expresión debía ser castigada cuanto antes, pero estuvo rápido y supo defenderse a tiempo. Acababa de terminarse el volumen 8 de la serie The Walking Dead y, una vez leído por el menda, solo puedo decir que se quedó bastante corto ya que el TPB es para nombrar a toda la hueste celestial y parte de la infernal.

El guionista Robert Kirkman se ha propuesto hacer los mejores y más cliffhangerianos finales jamás escritos en el noveno arte y creo que si no lo ha conseguido ya está muy cerca de lograrlo. Madre mía, que tratamiento de personajes. Los presenta, desarrolla su personalidad, hace que nos encariñemos con ellos y de repente… zas, ya no están, y no están porque o han sido devorados por los simpáticos zombies, asesinados por algunos de sus compañeros debido a la desconfianza reinante en el ambiente o simplemente se han suicidado.

Kirkman se fue haciendo un hueco en la industria del comic escribiendo algunas miniseries o one shots para Image de calidad variante. Más tarde vendrían estos Walking Dead y su Invincible, sus creaciones más conocidas y más laureadas. Sus aportaciones para la todopoderosa Marvel han tenido también dispares recibimientos, por un lado hay gente que pide su cabeza por su trabajo en Ultimate X-Men, o bien hay gente que lo califica de muy competente por su trabajo en Ultimate Team-Up o la serie de los 4 Fantásticos: Enemigos. En cualquier caso su trabajo siempre está por encima de la media.

En la parte gráfica nos encontramos a Charlie Adlard, un veterano en esto de los lápices al que le sigo la pista desde la adaptación al comic de una de mis series de televisión favoritas: X-Files. Quizás no sea el dibujante más espectacular que existe, ni sus poses sean muy dinámicas, pero su trazo simple y a veces feote se adapta a los guiones de Kirkman a la perfección y cuando tiene que meter una splash-page sabe como hacer su trabajo. Como complemento a estas ilustraciones está Cliff Rathburn añadiendo las tramas grises a los dibujos de Adlard. Un resultado impresionante oigan.

En este octavo volumen de la serie, Made To Suffer, nuestros protagonistas tendrán que defender el que hasta ahora ha sido su hogar más seguro. ¿De quién? ¿Cómo acaba todo? ¿Muere alguien? Solo les daré un par de consejos. Primero que lean el tomo y lo descubran ustedes mismos, y segundo, no le cojan mucho cariño a nadie, repito a N-A-D-I-E. Y es que Kirkman prometió que en el número 50 de la colección cambiaría todo el status de la serie, un giro de 180º. Después de leer este tomo yo me pregunto, ¿qué va a dejar para ese número 50?. Les recuerdo que este TPB contiene del 43 al 48 USA y hay sorpresas mil, de esas que tienes que releer algunas páginas porque no acabas de creerte lo que has visto.

Así que ya saben, disfruten de esta maravillosa serie de terror, aunque la mayoría de las veces sea más horripilante y terrorífica la propia conducta humana que la de nuestros queridísimos devoracerebros. Yo ya lo hago y tan solo puedo decir cinco palabras: Oh -my - re - fucking – God. Si es que no tenemos remedio, lo sé, pero lean y lo comprenderán. Si no al tiempo.

Marione (15)